Hasta hace unos pocos años las calderas más comunes en cualquier tipo de hogar eran las calderas de gas atmosféricas. Este tipo de caldera necesita una chimenea de obra, para poder evacuar los gases al exterior.
Hoy día las calderas atmosféricas están prohibidas, no porque sean malas calderas, sino por factores como, la falta de limpieza, una mala evacuación por el conducto de obra, mala construcción de los shunts comunitarios en los edificios y también por la escasa altura del conducto de obra cuando este desemboca en el tejado.
Una chimenea, para un correcto funcionamiento, necesita que el conducto sobresalga por el punto más alto del edificio o la vivienda, por lo menos un metro. Aunque tengamos calderas estancas o de condensación el mantenimiento es el mismo.
No es necesario limpiar la chimenea de forma anual, como la caldera de gas, pero es necesario realizar un mantenimiento de la chimenea una vez cada 3 años para eliminar los residuos que se puedan formar en el recorrido hasta su final.